miércoles, 21 de enero de 2009

La primera entrada


AQUÍ LLEGUÉ


Aquí llegué
como en mar barquichuelo a la deriva.

Aquí llegué
a la búsqueda de la mulata y las palmeras,
de la playa y el ron, de la música del tum-tum.

Aquí llegué,
y no para conquistar,
sino para ser conquistado
por las mestizas de pelo amarillo.

Aquí llegué‚
con mi cacao mental,
mis contradicciones,
mi comedura de coco
y mi vena de sentimental.

Aquí llegó
el último morisco judaizado
de la generación de transición - desengañada -,
que perdiendo la batalla de antemano
aspira sólo a sembrar soles
que maduren la conciencia del humano.


Venezuela, 1982

7 comentarios:

  1. Gratamente sorprendido.
    Siempre viendote en la barrera y ahora en el albero.
    Animo.
    Un saludo Jean-Claude Nicolas Forestier de la Montaña

    ResponderEliminar
  2. Querido amigo, no importa que no haya germinado la gramínea en los acebuches porque han florecido las imágenes y las palabras del bosque de Conrad en el corazón de la imprenta. Y te espera un reencuentro con tu entorno.

    ResponderEliminar
  3. Cuando escribes pareces metabolizar tus artes, tus enfados, tus buenos y tus malos para crear una energía bella que te hará bien.

    ResponderEliminar
  4. No importa que la gramínea y el acebuche estén de capa caída. Son altamente alergénicos. Como todo en la vida, ellos te la dan y ellos te la quitan.
    Un saludo Oscar.
    Un saludo Rafa.

    ResponderEliminar
  5. Estoy con libélulas en libertad. Tienes que escribir más y poner en práctica mis lecciones blogueras. Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Schevi tenéis razón los dos.Y eso va a suceder dentro de poco.

    Fui a verte Schevi, a llevarte un regalo como te prometí, a tu puesto de trabajo. Estabas ocupado. Espero verte otro día y que recibas la joya bibliográfica que te tengo reservada como muestra de agradecimiento a tus consejos blogueros.

    Salud-os

    ResponderEliminar